domingo, 7 de febrero de 2010

Cuatros Maestros japoneses del Haiku

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Adaptación al castellano:
Alfredo Lavergne
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Basho (1644-1694), Buson (1715-1783),
Issa (1763-1827) y Shiki (1866-1902).
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Edita. Blog SECH

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Adaptación y Selección. Alfredo Lavergne
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A manera de introducción

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En su forma autónoma el haiku evoluciona en las escuelas de Teikoku (1571-1653), Shofu, Teimon, Daurin, en otros movimientos, en grupos de haijines y en los maestros del “ejercicio espiritual escrito”. Encontramos una selecta lista de poetas que se repiten y llenan los ojos de lectores, poetas, académicos e intelectuales occidentales:
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Basho (1644-1694), Buson (1715-1783), Issa (1763-1827) y Shiki (1866-1902).
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En la sección comentario de la selección Clásicos del haiku se presenta una introducción más detallada de la historia del verso japonés.
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Basho / Buson / Issa / Shiki

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BASHO (Matsuo Munefusa, 1644-1694)
Reconocido como poeta peregrino por su obra
“Sendas de Oku / Oku no Hosomichi” (De esta
obra, contamos con la versión castellana de
Octavio Paz y Eikichi Hayashiya, contiene
ilustraciones del haijin Yosa Buson, Colec.
Tezontle, Fondo de Cultura Económica,
México: FCE. 2005. El poeta residió y para
su retiro en un bananero…basho, territorio
del cual adopta su seudónimo. Matsuo fue
fundador de la escuela Shofu, rescata al haiku
del círculo humorístico y lo amplifica de nuevos
valores estéticos y humanos.
Fin de año.
¡Siempre el mismo sombrero
y las mismas sandalias de paja!

Ramas de lirio
aferradas a mis pies.
¡Cordones para sandalias!

Poesía
Entrando a Oku
Plantan arroz cantando

Los botones del sauce se abren
El maestro y yo
Escuchamos la campana

Devuelve al sauce
Todo el fastidio
Todo lo que desea tu corazón

¿Es primavera?
La colina sin nombre
se perdió en la neblina.

A la primavera que pasa
Las aves cantan
Son lágrimas los ojos de los peces

Sobre este puente colgante
nuestras vidas se enroscan
en ramas de la hiedra.

Una noche de primavera.
En la sombra del templo
un misterioso hombre suplica.

Una noche en el templo
La luna
En lo más claro de mi rostro

El sol se levanta
Sobre el sendero a la montaña
Al perfume de los ciruelos *

* Cada año se celebra la fiesta del ciruelo en flor.
Bajo las flores de un mundo efímero.
Con mi arroz entero
y mi sake blanco *

* El “mundo efímero o liviano” por “uki-yoi”, término
de origen budista que sugiere lo pasajero de este mundo.
El haijin nos propone la simpleza. El arroz y su bebida,
El sake: Licor de arroz.

Los pétalos de la rosa amarilla
¿Tiemblan y caen
al ruido de los torrentes de agua?

¿De qué árbol en flor?
No sé
¡Pero qué perfume!

La gente de ahora no se interesa
por las flores del castaño
que están en el techo.

La campana para de sonar.
El eco de las flores
perfuma la noche.

En las flores silvestres de verano
Se estremece aún
El sueño de gloria de los guerreros

En néctar de orquídeas
la mariposa
perfuma sus alas.

Ante la enredadera en flor
Comimos nosotros
Que somos simples hombres

Ruido de alguien
sonándose con los dedos.
Los ciruelos en su estallido

¡Crueldad animal!
Bajo la pezuña
un saltamontes.

Al frescor
me acomodo
y duermo.

Las noches de verano
El ruido de mis zoclos
Hacen vibrar el silencio

En la lluvia de verano
se acortan
las patas de la garza.

En medio del llano
Canta la alondra
Libre de todo

Este día tan largo.
Aún muy corto
para el canto de la alondra.

A cada soplo del viento
La mariposa
Cambia de lugar en el sauce

Ante un florero lleno de azaleas
Una mujer
Desmenuzando bacalao seco

En el viejo estanque
la rana se zambulle
y el ruido del agua.

En la rama descascarada
Los atardeceres del otoño
Un cuervo se posa

Antes de tragarla
El agua de la vertiente
Hizo crujir mis dientes

Helando mi vientre
los remos golpean las olas.
Noche de lágrimas

Ah hototogisu
¡Agranda aún más
mi soledad!

Cuando desaparece
el hototogisu.
Una Isla

De la escarcha
No olvides jamás
El gusto a soledad

Primera nieve.
Las flores de los narcisos
casi no se doblan.

Completamente mojadas
Inclinadas
Las peonías bajo la lluvia

En el agua y la lluvia.
El nenúfar
con sus dos flores erguidas.

Suave brisa.
La sombra de la glicina
apenas tiembla.

Albergue pobre.
Los gemidos del perro
en la lluvia nocturna.

A los que contemplan la luna
Las nubes
A veces ofrecen una pausa

Antes que corten los juncos
Del río
Contempla la luna

Cuando anochece en el mar
el graznido de los patos
se aclara.

Estoy en Kyoto
Pero al canto del hototogisu
Soñando de Kyoto

El hototogisu
y un bosque de bambú
filtra la luna.

Al ardiente sol
El río Mogami
Arrastró al mar

Salpicados de barro
Por el rocío
Los melones parecen frescos

¡Silencio!
El canto de las cigarras
tala las rocas.

Las cigarras van a la muerte
y su canto
nada nos dice.

El mismo paisaje
Escucha el canto
Y ve la muerte de la cigarra.

Pegándose a un champiñón
La hoja
Del árbol desconocido

Ese camino
Sólo lo toma
El crepúsculo en otoño

En pleno otoño
Mi vecino
¿Cómo vive?

En el picante gusto del rábano
Siento
El viento otoñal

Esta puesta del sol otoñal
Pareciera ser
El País de las sombras

La luna llena de otoño.
Deambulé toda la noche
alrededor de la laguna.

¿Con qué tono cantarías
y qué eufórico canto arácnido
en la brisa otoñal?

Ante el relámpago
Dichoso
El que nada sabe *

* Una paradoja Zen dice: “El que nada sabe posee el
verdadero conocimiento”. Entonces, este poema es una
modestia de cósmica altura.

Corazón
blanqueado por la lluvia.
Carcasa golpeada por el viento

Media noche de escarcha.
Para dormir me cubro
con la manga del espantapájaros

El sonido de la campana
Remolinea en la neblina
Al amanecer

Un día de tranquila alegría
El Monte Fuji
Empañado por la llovizna

Más blanco que las piedras
De la montaña rocosa
El viento otoñal

Después del crisantemo
A parte el largo nabo
Nada

El crisantemo blanco.
La pureza
al encuentro del ojo.

Enfermo en el viaje
Mi sueño acorta
El páramo

Desolación invernal
En un mundo de tono uniforme
El ruido del viento

Mis lágrimas
Chisporrotean
Apagando las brazas

La tempestad sopla
el rostro
de alguien empapado.

La jarra quebrada
por el hielo de la noche.
¡Me levanto a saltos!

¡Qué bello!
El despreciado cuervo común
esta mañana nevada.

En este jardín
¡Un siglo
de hojas muertas!

Dios ausente
Las hojas se amontonan
Todo es abandono

Esta mañana nevada
Incluso el caballo
Es digno de mirar

Petrificado a caballo.
Mi sombra congelada
se arrastra y monta.

La nieve que vimos caer
¿Es otra
este año?

Ahora -
Vamos a contemplar la nieve
hasta caer de cansancio.



YOSA BUSON (1715,16-1783)Poeta y pintor. Se desarrolla en el período Edo (1600-1868),
en el Japón esposado a sus tradiciones. Es sin duda el haijin
de la imagen desprovista de apoyos filosóficos. El poeta que
busca entregarnos una percepción no verbal del mundo.

Me lavo los pies
El agua sale de la cubeta
¡Cómo la primavera!

Esta mañana
El sol salió de la cabeza
de una sardina. *

La puesta del sol
en primavera camina sobre la cola
del faisán dorado. *

* En estos dos poemas de Buson, podemos ver
el tiempo en su trabajo y el interés en marcar
una diferencia...en el original del primer haiku,
el pez es un dibujo.

Noche de primavera.
De vela en vela
transita la llama. *

* ¿Reencarnación?

El mar en primavera
se levanta y cae
a lo largo del día.

No hay puente.
El sol se acuesta
en aguas primaverales.

Van juntos platicando
un paraguas y un viejo abrigo
en la lluvia de primavera.

Nada más por hoy
Debemos entrar a la primavera
Nada más

Sobre el mar
El atardecer
En la red de la neblina

El barco coreano
Continúa su ruta
Sin detenerse por la neblina

La pradera esta nublada
y las aguas guardan silencio.
Es atardecer

La tranquilidad del día.
El faisán
se posa en el puente.

Al trabajo de la tierra
Desde las alturas del templo
Viene el canto del gallo

Al trabajo de la tierra.
El hombre que preguntó por el camino
Desapareció

Trabajan en el campo
La nube que nunca se movía
También se fue

Al claro de luna
El ciruelo blanco parece
Un árbol en invierno

El manto de luna.
Una rana
perturba el agua y el cielo

El halo de la luna.
¿No es el perfume de la flor
del ciruelo que subió hasta allá?

Envejecen
en cada pétalo que cae
las ramas del ciruelo.

Murió el ciruelo y sus flores
¡El sauce
en su soledad!

Sobre el excremento del caballo
Las flores que cayeron del ciruelo rojo
Parecen besarse

Iba a los cerezos en flor
Dormía bajo ellos
Ese era mi pasatiempo

Caen las flores del cerezo
y entre las ramas
aparece un templo.

En las tardías flores del cerezo
duda
la primavera que termina.

La mariposa confiada
duerme
en la campana del templo.

Parece indefensa
Cuando nada
La rana

Un volantín
En el mismo lugar
En el mismo cielo

Las ocas emigran.
Delante de la casa
el campo de arroz parece volar.

Barriendo hojas dispersas.
En el cortejo fúnebre se va
la primavera.

Esta mañana
vemos la brisa soplar
los bellos en la oruga.

En noches breves
la aterciopelada oruga
carga las perlas del rocío. *

Desde el fondo
de las noches breves
surge el río Ôi. *

En noches breves.
La baba de los cangrejos
espuma entre las cañas *

* Noche breve. ¿Noche de verano?

Noche corta.
En las afuera de un villorrio
un comercio esta abierto *

* Noche corta. ¿Noche de verano y bohemia?
La borrasca.
Los papeles en blanco del escritorio
volaron todos.

El sonido de la campana
Cuando sale de ella
Frescura en verano

En la niebla del verano.
El vuelo blanco de un insecto
de nombre desconocido.

El bosque en verano
Ninguna hoja se mueve
Así asusta

Con las lluvias del verano.
El agua estancada y el río
se juntan.

Aguacero de verano.
Los gorriones de la aldea
se agarran de las hierbas.

¡Un relámpago por la mañana¡
El ruido del rocío
corre entre los bambúes.

Ese vivo frío
Bajo mi pie en la alcoba
La peineta de mi esposa muerta

En las orejas de mi avanzada edad
Las lluvias del verano
Desaguan por las canaletas

En las hierbas nueva
El sauce
Olvida sus raíces

Es un placer
Atravesar el río en verano
Con las sandalias en la mano

Caminando
por el extenso páramo
las nubes altas caen sobre mí.

El sol centellea
Sobre las piedras
Del páramo reseco

La más lejana luna.
Atravieso
un barrio pobre.

Está pasmada
de pobreza
esta mañana de otoño.

Es otoño en los senderos.
Alguien viene por el páramo
detrás de mí.

Bajando los campos sembrados
Saturándolos
El agua en otoño

Bajo la lluvia otoñal
Caminar por plantaciones
Sumergidas

Al agua arrasa
y es como de noche
en cada terreno cultivado.

Qué hermoso
después de la tormenta otoñal
el pimiento rojo.

Atardecer otoñal.
La soledad también
es bienestar.

Pasando el portal
Soy el hombre que camina
Por el atardecer del otoño

Para el que parte
Para el que se queda
Dos otoños

Durante la siega de otoño
Muy triste
El rostro de la loca

Tan profunda
Esa prostituta
Color abismo

El dedo herido
Del albañil
Al rojo vivo de la azalea

¡Canta el hototogisu
que no tiene padres
ni hijos!

La tos ronca
del abad.
El canto del hototogisu

Lejos canta el hototogisu
y también el día
a llegado a su fin.

Bajo la brisa del atardecer
El agua chapotea
En las patas de la garza

Un caracol
Un cuerno corto y el otro largo.
¿Cuál es el problema?

Ella se abre
y despide un arco iris
la peonía.

La pesada carreta retumba
Cuando pasa
La peonía se estremece

En cien lugares a la redonda
Las peonías crecen
Y las nubes de lluvia

Después de cortar la peonía
Me sentí disminuido
Esa noche

En el viejo pozo
un pez traga un mosquito.
El agua hace un ruido negro

Ella cae
La flor de la camelia
A lo más negro del viejo pozo

Un ave grita
y el ruido del agua oscurece
alrededor de la trampa.

Piensa en decapitar
los lotos blancos.
El honorable bonzo

El faisán dorado
sobre la rama descansa.
Larga es la noche de una a otra pata

Cae la luna
sobre cuatro o cinco personas
bailando.

Tres veces se levanta
y es todo
el grito del venado.

Sobre la imagen santa
Se permite un excremento
La golondrina

Rocío blanco en la zarza.
Una gota
sobre cada espina

No es el mismo
después de la cosecha de arroz.
El espantapájaros

El capataz
se informa del espantapájaros
y regresa.

El viento de otoño
sacude al espantapájaros
y pasa.

Recogiendo champiñones.
Levanto la cabeza
y la luna ya está en la cúspide

El criado
Abandona un cachorro
Bajo la luna llena

Juntamos los huesos
del muerto.
Las violetas se compadecen *

* Después de la incineración, se recogían con palos
los huesos que no se consumían y los enterraban en
pequeñas urnas.


Muy helado el soplo
de la campana.
¡Cuándo sale de la campana!

En la profundidad del bosque
el pájaro carpintero
y el golpe del hacha.

Pasan y no entran
Las hojas del otoño
Al templo de Fujisawa

La orquídea de noche
en su perfume esconde
el blanco de su flor.

Las tijeras
ante el crisantemo blanco
dudan un instante.

Cultivador de crisantemos.
De ellos
eres esclavo.

La luna pasa al oeste.
La sombra de las flores
se estira al este.

Las hojas muertas
sopladas por el viento oeste
se agrupan al este.

Hojas muertas.
Cuando el viento norte sopla
fraterniza al sur.

La montaña oscurece
y asume la púrpura magnificencia
de las hojas en otoño.

Las noches de los hombres de antes
Fueron iguales a las mías
Noches de lluvia fría

La lluvia en invierno
Muestra lo que los ojos ven
Como si fuera cosa antigua

Paró la borrasca.
Un ratón
atraviesa la corriente.

¡Fría es la noche!
A la cubeta de agua
cae una rata.

Un ratón raspa
un plato
¡Ruido frío!

En noches frías
mis huesos sienten las mantas
y golpean la colcha.

El abad
y cómo deposita su abono
en el llano sin cultivar.

Encuentro de un monje
sobre el puente.
La lluvia de invierno

Por el río en invierno
Flotan a la deriva
Las ofrendas florales del Buda

Ruido de serrucho
Esta media noche de invierno
Ruido de pobreza

Puse el calentador
en mi pecho.
Pero mi corazón estaba lejos

Un fuego moribundo.
Pero súbitamente la cacerola
se pone a hervir.

Con un palo
Golpeo el pincel congelado
Por la noche

Aún más conmovedoras
A la luz de linternas
Las oraciones en noches frías

Esta noche oscura
La cubierta del calendario
llega a su fin.

En invierno
Un hachazo en el bosque
Y el olor me llega

Bajo la nieve
Las luces de la hilera de casas
Que me cerraron la puerta

El viejo calendario
me llena de obsequios.
¡Cómo un Sutra!



KOBAYASHI ISSA (1763-1827)
Como Basho, Kobayashi Issa es un poeta peregrino.

Aferrado a describir lo efímero de la condición
humana y al sufrimiento ligado a lo pasajero de
nuestra existencia.
El humo
dibuja en este momento
el primer cielo del año.

Incluso mi sombra
En este primer amanecer de primavera
Está repleta de vigor

El pájaro carpintero
En el mismo lugar se obstina
Al atardecer

En día de primavera
Una sola poza
Detiene la puesta de sol

Temblando
en las flores silvestres
se va la primavera.

La hierba de las pampas cae
y el ojo puede ver
como el frío aumenta.

La brisa
Ondulando serpenteando
Viene a mí

¿La edad de la luna?
Yo diría
más o menos trece años.

¿Sentirán nostalgia
los días de neblina
y las ninfas del cielo?

Bajo la neblina del calor
Algunos hoyos dejados
Por el bastón que va al templo

Lluvia de primavera
El pato renquea
En el pórtico

En la ruta de Shinano
La montaña carga sobre mí
El calor

Ella acostó al niño
Y lava en este momento la ropa
La luna de verano

Habiendo cambiado de ropa
Me siento
Pero muy solo

Con alegre canto
El hototogisu
Llama a sus paternos

Los gorriones
Juegan a la escondida
Entre las plantas de té

Apártate del camino
gorrión sin casta.
Pasa el caballo

Gorrión huérfano
Ven acá
Contigo quiero jugar

Si eres tierno con ellos
Los nuevos gorriones
Te desilusionarán

Un gorrión cansado
En medio
De un grupo de niños

Noche de golondrinas.
Mañana otra vez
nada mejor que hacer.

Un punto en el día
La alondra canta
Al fondo de la lluvia

Mantiene un desafío
De miradas conmigo
La rana

Inmóvil y serena
La rana observa
Las montañas

Mirándome
Se camufla
La rana

Puesta del sol.
La rana también
llora.

De los arces de otoño
me acerco
y la soledad me invade.

Las ranas repiten.
Alrededor de la cabaña
envejeces. Tú envejeces.

La vejez
También al cortar un ramo de flor
Una mueca en la boca

Cuando envejecemos
La larga presencia del día
Es también motivo de llanto

Esta mañana es otoño
Al decir estas palabras
Siento como envejezco

Frente al espantapájaros
A edad avanzada
Tengo vergüenza de mí

Al otoño de mi vida
La luna no tiene manchas
Y sin embargo *

* La luna es un espejo sin manchas.
¿La conciencia?

Allá
Simplemente
Bajo la nieve que cae

De la mala hierba
¡Qué mariposa
nació!

Cubierto de mariposas
El árbol muerto
Florece

Mariposa que revoloteas.
Como tú siento
que soy criatura de polvo.

También entre los insectos
hay los de diestro canto.
Otros no

Canto de insectos.
Un hoyo en la muralla
ayer desapercibido.

Bajo las flores del cerezo
Pulula y hormiguea
La humanidad *

A la sombra de las flores del cerezo.
No son
Más extranjeros *

* Es la fiesta anual del cerezo o la contemplación
de las flores, “hanami ”. Todos son invitados al
tradicional lazo entre el mundo del guerrero y
el de las flores.


Esas flores de cerezo
Que tanto me embelesaron
Desaparecieron de la tierra

Un mundo de gran dolor y tristeza.
A pesar
de los cerezos en flor.

Entre las flores del ciruelo
El uguisu
Limpia sus patas

Cuando florece el ciruelo
Yo esparzo sardinas
En la tumba de mi gato

Crisantemo en flor
Baila también en el aire
Un olor a orina

Lluvia de pétalos.
Agua de neblinas lejanas
Quisiera beber

Es mediodía.
Las oropéndolas cantan
y el río pasa en silencio.

¡Por que así debe ser!
Estrenémonos a morir
a la sombra de las flores.

Todos en este mundo
en la cumbre de un infierno
¡A contemplar las flores!

La primavera se anuncia
Tengo cuarenta y tres años
Aún frente a un arroz blanco *

* El número cuatro y la palabra muerte,
son homónimos.


En lo más carnudo de mis nalgas
Las marcas
Del petate frío

¡Rayos y truenos!
A cada relámpago
el mundo se sana.

Que nada me pertenezca.
Sólo la paz del corazón
y el frescor del aire.

Desnudo.
Sobre un caballo desnudo
a través del temporal

Pobre
La más pobre de las regiones
¡Pero qué frescor!

Aldea perdida
Acostumbrados a su miseria
Ellos toman el fresco por la noche

La siesta
Dejo al agua de las montañas
Pelar el arroz

Lozanía de atardecer.
El ignora que la campana
redobla el sonido de la vida.

Lozanía de atardecer.
El sabe que la campana
redobla el sonido de la vida.

Viva inquieta pulga.
Por mi mano
transfórmate en Buda *

Por esta boca
que mordió una pulga
canto al Buda. *

* Volverse Buda, Transformarse, llegar a ser un Buda.
¿Morir? Se utiliza el término “buda” para con respeto
designar...un cadáver.


Pulgas.
Para ustedes también
la noche es soledad y larga.

Lo siento por las pulgas
de la cabaña
¡Adelgazarán muy pronto!

Picado por pulgas.
¿Entonces fue verdad
ese sueño de arena?

No mates la mosca.
Mira como reza
Manos juntas y pies juntos

Cansadamente sueña
El viejo pino
Todavía no es Buda

Llegó el otoño.
El cachorro que no lo sabe
es un Buda

Un ser humano
Una mosca
En la gran sala

Con una sonrisa
el Buda muestra
un mosquito que se tira un pedo.

El mundo va muy bien.
Otra mosca
come del arroz.

Matando una mosca
herí
una flor.

Una puerta de ramas
y como cerradura
un caracol.

De noche bajo la luna
Torso desnudo
El caracol

¿A dónde puede ir
bajo la lluvia
este caracol?

Sube lentamente
Lentamente pequeño caracol
Escalas el Monte Fuji

Me voy de la casa
junto al hototogisu
¡Cuídala caracol!

¿Cuándo vino
tan cerca de mí
este caracol?

Caracol
A tu manera
¿Puedes llegar a ser un Buda?

Retoma fuerza
en la manga
la luciérnaga que huye.

De prostitutas
La joven virgen
Se hace un pañuelo

En el pórtico del Templo Mii.
El sonido de la campana
en el aire se congela.

Después de la gran limpieza
Del Templo de Zenkoji
La brillante luna otoñal

Oca emigrante
¿Cuántas veces viste
la humareda del Monte Asama?

Amanecer.
La bruma del Monte Asama
sube a la mesa.

Oca salvaje
¿A qué edad hiciste
el primer viaje?

Luna llena.
Mi aldea deteriorada
es como usted la ve.

Qué bella y enorme
Era esa castaña
Fuera de alcance

En el blanco rocío
me ejercito
al paraíso.

En cada perla de rocío
Tiembla
Mi región natal

En la flor de loto
Cambia
El rocío del mundo

El rocío se dispersa.
Hoy una vez más
sembraré granos de infierno!

- No quiero continuar
en este mísero mundo
y se descuelga la gota de rocío.

Mundo de rocío
Rocío de mundo
¡Ah! Sin embargo *

*Con motivo a la muerte de su hija.
Saltamontes
No aplastes las perlas
En el blanco rocío

El ruibarbo en la nieve
Más pálido
Brilla púrpura

El frío
¿De dónde viene?
Oh espantapájaros.

En la punta de la nariz
Del Buda del páramo
Cuelga un hilo de hielo

De los orificios de la nariz
del Buda
surge una golondrina.

Noche tras noche
Mi sopa de legumbres
Acompaña la nieve

En invierno
una joven prostituta
raspa el hollín de la cacerola.

El hoyo perfecto
que hago cuando orino
a la entrada de mi casa.

De un salto
el cervato caza la mariposa
y vuelve a dormirse.

El gatito
Que pesamos en la balanza
Continúa con sus juegos

Un bello volantín
se levanta
de la choza del mendigo.

El niño que imita
Al cormorán
Es aún más maravilloso

¡El lobo!
Sólo al ver su excremento
Temblamos de frío.



MASAOKA SHIKI (1867-1902)Director de la revista Hototogisu.
Recordemos que del desprendimiento
de un poema largo y del “hokku” poema
de tres versos…se desprende o reclama
el “haiku” y aparece como un poema en
SI, se le conoce como “kaikai” y es Shiki
que adopta definitivamente el término
HAIKU.

Cada año nuevo
Cielo y tierra en armonía
El primer día

¡Qué soledad!
Después de los juegos artificiales
una estrella fugaz.

Un gran viento
y repentinamente el estandarte
se levanta.

Ola de calor
Las flores del ciruelo se dispersan
por el pedregal.

Cuando miré hacia atrás
El hombre que me cruzó
Se había perdido en la neblina

El Gran Buda soñoliento
Adormecido
Por este día primaveral

El Gran Buda
y su frescura
implacable.

Ellos contemplan
el océano en junio.
Los Budas al fondo del templo

Dulzor de brisa.
En el verde de mil colinas
un templo aislado.

Atardecer primaveral.
¿Qué lee
el hombre que no tiene mujer?

Las ondas del chapoteo
derriten poco a poco
el hielo del estanque.

La nieve se derritió
en la espalda
del Gran Buda.

Sitio ilustre.
Desyerba la tierra
y lo ignora el campesino.

Un canasto de flores abandonado
y nadie
en las montañas en primavera.

A lo largo la mano corre
por la barandilla del mirador.
Los montes en primavera

Durmiendo sobre la piedra
Mariposa
¿Sueñas tú de mí el infortunio? *

* El poeta muere de tuberculosis a los 35 años.
Este haiku tiene su pasado en el filósofo
taoísta chino, Zhuangzi. Que antes de soñar
que era una mariposa, se preguntaba si no era
la mariposa que soñaba que era Zhuangzi.

Soñando cada año
En los crisantemos
Sueño por ellos

La campana del templo
para de sonar y brilla.
Ah la luciérnaga.

Como compañero
Solicito a la mariposa
Partir de viaje

El aguacero de verano
tamborea
en la cabeza de las carpas.

Jornada corta.
En sus canastas los cormoranes
duermen cansados.

Un pueblo de pescadores
Bailando bajo la luna
El olor a pescado fresco

El puente cedió.
¡Atrás y solitario
el sauce llorón!

A lo largo del río
No encontré ningún puente
Ese día sin fin

El río en el verano
y un puente.
Pero el caballo pasa por el agua.

A gran velocidad
Se lleva el verano
El río Mogami

El puente colgante
En lo alto y en todas direcciones
Balancea la lluvia fresca

¡Peral en flor!
La casa en ruina
Única huella de la batalla

Con mucho esfuerzo
pude colgar
la lámpara entre tantas flores.

Cerezos en flor
y recuerdos de seres queridos.
Todos tan lejos de aquí.

Al chirrido de los insectos
Sale la luna
El jardín oscurece

Pinos en cada isla.
¡Y cómo refresca
el ruido del viento!

¡Qué frescor!
La vela que se apaga
y el ruido del agua.

El frescor
En medio del cultivo de arroz verde
Del único pino

De espalda al Buda.
Oh cómo como refresca
el claro de luna.

Donde miremos
Hay frescor de luces
De dioses y de Budas

En el Gran Buda
la ausencia de entrañas.
Ah que frescor.

Al encender la luz
Las sombras de las muñecas
Una para cada una

Una alondra se vuela
Respiro la niebla
¡Yo camino sobre nubes!

Nuestro canario escapó
Un día de primavera
Llega a su fin

Marejada de nubes bajas
Amontonadas
Sobre la lejana línea del mar

La barca y la orilla
Dialogan
A lo largo del día

La playa.
¿Porqué hacer una fogata
con esta luna de verano?

Un azadón abandonado
en el campo vacío.
¡Qué calor!

Para la delgada waka
y para el fino haiku.
Un hombre en verano *

* Waka o Tanka. Tradicional género
poético de 31 sílabas.

Sale la luna entre la hierba
y sopla el viento
el canto del hototogisu.

Gracias a la linterna
contemplar al Gran Buda
y el canto del hototogisu.

Ni siquiera un mosquito
después de la inundación
¡Qué soledad!

En la palma de la mano
una luciérnaga.
Ah su frío reflejo

En el rincón de un viejo muro
Totalmente inmóvil
Una araña gorda acecha

Maté una araña
¡Soledad
de noche fría!

Cuando para de cantar
Y vuela
Al fin vemos a la cigarra

Sólo en un árbol
de la inmensa llanura
las cigarras se agrupan.

Una cigarra canta
Frente a la casa vacía
Al último sol

Al borde de la muerte
Más sonora que antes
Las cigarras en otoño

Bosque en verano.
Del que penetra
ni la más mínima huella.

Veinte mil personas
Sin abrigo
La luna de verano *

* Visión del gran incendio de Takaoka.

Pintor de rosas.
Las flores no son difíciles
y las hojas peliagudas

Admirar rosas.
¡El cansancio de mis ojos!
La convalecencia

Pintar flores
es mi tarea cotidiana.
¡A comienzo del otoño!

La blanca peonía
Una noche de clara luna
Perdía sus pétalos

¡Las flores silvestres del verano!
En Saga las bellas mujeres
de muchas tumbas.

La amapola florece
y por la brisa del día
desparramada.

Lluvia de otoño.
Las hortensias
se deciden por el azul.

Mi voz
se hace viento
en la cosecha de champiñones.

En el Templo de Taga
Cerezas en el suelo
No hay nadie

Bajando del caballo
En el viento de otoño
Pregunté por el nombre del río

Torbellino de hojas muertas
vienen de lejos.
El otoño llega a su fin

Apoyada a un árbol desnudo
de raras hojas
una noche estrellada.

Los insectos de verano
caen muertos
sobre mis libros.

Ningún insecto
se acerca a la lámpara
Aún más frío.

Me pican
Los mosquitos en otoño
Decididos a morir

En el dormitorio vecino
su luz también se apaga.
Ah qué la noche es fría.

La linterna se apaga
Atravesando el basho
El ruido del viento *

Pobre Templo
reducido a ruinas.
¡Pero qué basho! *

* Basho: Campo de bananos, platanar y seudónimo
del maestro de la sobriedad, quietud y armonía,
Matsuo Basho, Siglo XVII.


No puedo comer
los caquis que me gustan.
Ah la enfermedad

Pelando una pera
Azucaradas gotas brillan
A lo largo del cuchillo

¡Recuerden!
Fui un gran comedor de caquis
amando haikus. *

Tres mil haikus
a revisar.
Dos caquis *

* El haijin Shiki, por trabajar en correcciones
era recompensado en caquis.

Las manzanas robadas
que comí.
Me produjeron dolor de estómago

El ave canta
y cae al suelo
una baya roja.

Una baya roja
rodó
por la escarcha del jardín.

El daimyo.
Queda de su pasar
un terrible frío *

* Ver MORIKAWA KYOROKU (1656-1715),
nos regala un bello haiku (frío-daimyo).


Soledad en invierno.
Quisiera hacer una pregunta
al Buda.

Fría mañana.
Alegremente
el acólito entona el sutra.

El río en invierno.
El agua no es suficiente
para cuatro o cinco patos.

La gran limpieza.
Todos los dioses y Budas
amontonados en la hierba

Débiles
Esta noche de nieve
Las luces del palacio

Medita el mono
a lo largo de la noche
¿Cómo atrapar la luna? *

* El mono es el hombre y la lección luminosa
de la luna... ¿Buda?


Hago una ofrenda a Dios
y de regreso.
La brama del ciervo. *

* Ofrenda o “kami”. Dios personifica la naturaleza
en el culto “shinto”.


Noche infinita.
¡Pienso
en cómo será en 10.000 años!

Bajo el mosquitero
Ella duerme
Rodeada de luciérnagas

El que detesta esta vida
Debe amar
La flor del cardo

En los cultivos de las alturas
los espantapájaros
se peinan de nubes.

En este mundo efímero.
También los espantapájaros
tiene ojos y nariz.

Una extremidad
Apoyado sobre la montaña
El Río Celeste. *

Aguas termales.
La Vía láctea
en los cuerpos desnudos *

La Vía láctea
El campo de patatas
Las garzas blancas *

Pasada la media noche
La Vía Láctea
Descansa en un bambú *

*El Cielo, la Tierra y la vida entre los dos.
El cosmos en tres versos.
¿El Río Celeste por Vía láctea?

Salgo del Templo Zen
Entro
A una noche estrellada

Un niño de diez años
Acaba de heredar un Templo
Frío amargo

Pánico.
La escalera se derrumba
sobre los amores de los gatos.

Diez años de trabajo
para pagar mis estudios.
¡El techo gastado!

En esta agua pura
los ricos se refrescan
y también los osos.
.